- ¿Y bien? -inquirí-
- ¿Bien qué? -preguntó él mientras bajaba del árbol donde aún seguía sentado y me miraba con burla- ¿Querías algo?
- ¡Respuestas! ¡Ya te lo he dicho! -dije en tono enfadado acercándome a él con brusquedad, incluso a mí mismo me sorprendí-
- A mí no me hables así, niñato. -me dijo en tono serio, borrando esa mirada burlona anterior para clavar sus inquietantes ojos rojizos en los míos-
No pude hacer otra cosa que silenciarme y bajar la mirada. Él tenía las respuestas, enfrentarme no haría que me las diese, sino, en el peor de los casos, todo lo contrario.
- Querías saber dónde había estado estos dos años en los que ni tú ni Aizu me habíais visto, ¿no es así? -me dijo levantando mi rostro con su mano- He estado en otro lugar. Necesitaba encontrar unas cosas, así de sencillo. ¿Dónde? -dijo quitándome la palabra de los labios- En un lugar alejado de aquí, no te interesa dónde, ¿vale? -su tono sonaba exigente, amenazador, pero sin ánimo de acobardar.-
- No te preocupes, no te voy a obligar a darme información de más; pero has preocupado a Aizu, y eso no se debe hacer. -repliqué-
- Lo sé, lo sé... Pero en fin, ¿qué iba a hacer? No me quedaba otra opción que ausentarme este tiempo, Hikaru. -que me nombrase me sorprendió, siempre creí que me odiaba y que por ello nunca me hablaría o me nombraría- Y ahora... Preguntaste sobre el árbol... Supongo que me veo casi obligado a contártelo, pues sino, se lo preguntarías a Aizu y crearías un problema... Así que...
¿Un problema? No entendía lo que quería decir, aún así, asentí y le escuché atentamente. Su mirada era serena, transmitía calma y, quizás, algo de miedo.
- Este árbol lleva aquí desde que llegamos Aizu y yo. Aún no puedo decirte por qué existe, pero lo planté yo tras... Hacer algo con Aizu.
- ¿El qué? -interrumpí-
- No es aún el momento de contártelo, sé paciente. -respondió, esta vez, con calma- El árbol se compenetra con los sentimientos y el estado de ánimo de Aizu. Es algo así cómo... Su "segundo corazón". Cuando lo viste, hace dos años, era pequeño y estaba marchitado; porque pese al tiempo que llevamos en esta dimensión, que son cuatro años, ella no ha vivido feliz. Siempre ha creído que nuestros padres nos utilizaron y ha vivido mal por ello. Aunque Aizu parezca una chica fuerte... Es bastante débil. Sin embargo, tras conocerte, después de lo que pasó en este mismo lugar, cuando viste el árbol; ella comenzó a sentir la felicidad, y el árbol creció y creció, haciéndose fuerte. Este árbol es... Algo así como lo que siente Aizu, para que lo entiendas. -dijo resumiendo costosamente. Ese árbol era algo más que eso, eso estaba asegurado pero, ¿qué?-
- Y... ¿Por qué el tiempo... Transcurre tan rápido aquí? -pregunté con temor a la respuesta-
- No es este sitio. El tiempo no transcurre rápido aquí. -respondió a modo de acertijo- ¿Has venido al bosque otras veces?
- Sí, dos. Vine con Aizu a dibujar y otra vez de excursión, ¿por qué lo preguntas? -dije interesado-
- En esas dos ocasiones el tiempo transcurrió normal, ¿verdad? -siguió diciendo-
- Claro. ¿Por...? -entonces me di cuenta de adónde quería llegar- ¡Claro! El bosque no ha manejado el tiempo mientras que estuve con Aizu, sin embargo...
- Sí cambia cuando estás conmigo. ¿Lo entiendes? -dijo con una sonrisa burlona pero una mirada resignada- Yo soy el único culpable del paso del tiempo. -terminó mientras suspiraba y levantaba la vista al cielo- Tampoco puedo contarte por qué sucede eso. Aún no es el momento...
- Pero, ¿lo sabré pronto? -pregunté con curiosidad-
- No lo sé, sólo sé que lo sabrás.
- Y... ¿Qué pasó con Aizu aquel día...? -pregunté aún con más temor-
- Sus datos... Se sobrecargaron. Aunque ella no lo admitiese, yo me di cuenta y me vi obligado a borrarle parte de sus recuerdos y a ayudarla... -me sorprendió su respuesta, ¿sobrecarga? ¿datos?-
- ¿Datos? -pregunté con asombro- ¿Qué quieres decir...?
- Aizu y yo no somos como tú, ella aún no lo sabe pero... Tuve que hacer algo enormemente pesado para conseguir un mejor futuro para ella.
- ¿Qué sucede en vosotros...? ¿Es alguna enfermedad? Hay hospitales en la...
- No es eso, Hikaru. -interrumpió bajando la mirada- Éramos... Creaciones.
- ¿Creaciones...? -un sudor frío comenzó a recorrer mi rostro y todo mi cuerpo se heló- ¿Qué quieres decir?
- No somos humanos, o lo que quiera que seáis vosotros. -dijo tajantemente, sin levantar el rostro-
- ¿Qué sóis...?
---
- ¡Chicas, me vuelvo al instituto que tengo que terminar de recoger mi habitación! -nos dijo Charlotte antes de irse-
El partido de hoy había sido divertido. Empate, cómo de costumbre. Reine y yo eramos las mejores jugadoras del club, he de admitirlo, pero Charlotte, Suko y Miney-chan eran excepcionales juntas. Suko y Miney también se fueron pronto, y en la playa nos quedamos tan solo Reine y yo.
- Ai-Aizu... -dijo de repente entrecortadamente Reine- ¿Desde cuándo conoces a Hikaru?
- ¿Eh? ¿A Hika-chan? -repetí llevándome un dedo a los labios- Pues... Desde hace dos años, si no me equivoco, es muy buen chico, ¿no crees? -dije jovialmente con una sonrisa- ¿Lo preguntas por algo en...? -al mirarla vi cómo se sonrojaba ligeramente y me asombré- ¿Te gusta Hikaru?
- ¿EH? ¿Qué? ¿A m-mí? ¿Hi-Hi-Hi-Hika-Hikaru? -dijo ella tímidamente-
- ¿Desde cuando? -insistí sacando la lengua- Vamos, no voy a contárselo a nadie, tranquila. -sonreí-
- Bu-bueno... -tartamudeó con indecisión- C-cuando... Vi-vinisteis a mi cum-cumpleaños... -seguía tartamudeando, sin lugar a dudas, algo sentía por Hikaru- Él m-me... Ayudó a poner las velas a la tarta y... Me-me felicitó y... F-fue muy amable... -dijo con vergüenza-
- ¡Con lo mona que eres seguro que él también se fijó! ¡Déjamelo a mí! ¡Le sacaré todo lo que siente! -dije con decisión y emoción- Bueno, y ahora, me vuelvo al instituto, ¿vienes conmigo o...?
- Lo siento, tengo que ir a hacer unos recados... -dijo apenada-
- Tranquila, pero, ¿no es un poco tarde?
- No te preocupes, estaré bien.
Tras despedirnos vi cómo se adentraba en la ciudad, no pude evitar sentir miedo. Una chica tan tímida y tan inofensiva como Reine... ¿Cómo podían dejarla sola? ¿Y cómo le mandaban recados a esas horas? Sin poder hacer nada tuve que volver al instituto, preocupándome por mi amiga, esperando que no sucediera nada.
- ¡Qué fuerte! Ahora Hika-chan tiene una admiradora... ¡Cómo mola! ¡Haré de cupido! -grité emocionada- ¡Ups! -me tapé la boca. Nadie debía saberlo, seré idiota.-
---
De pronto, en las ramas del árbol, comenzaron a salir frutos, ¿qué ocurriría en la mente de Aizu?
No hay comentarios:
Publicar un comentario