¡Afílianos!

Enséñame a volar

sábado, 9 de enero de 2010

11. ~Capítulo 10: Un pasado lamentable~

Sin darnos tiempo a hacer nada, los frutos del árbol cayeron al suelo desapareciendo.
- ¿Qué ha sido eso? -me preguntó Hikaru asombrado-
- Son las frutas del árbol, no las encontrarás en ningún sitio. Es más, este árbol es único, nunca verás otro igual. -dije sentándome- Aún quedan preguntas por responder, ¿verdad...? -suspiré cerrando los ojos- Me has preguntado qué somos... Y... No sabría explicártelo demasiado bien...
- Aún así, explícamelo, por favor, Yuuto. -suplicó acercándose-
- ¿Qué te parece si te sientas? No querría que te cansases más de la cuenta... -sugerí. Se sentó a mi lado y miró al cielo, imitándome- Hace unos... 25 años, unos científicos de Shunkee descubrieron indicios sobre esta dimensión;  descubrieron a un chaval, nacido en nuestra dimensión, con alas. Investigaron muchísimo, y dieron con la dimensión. El chico tenía 19 años, y, cómo comprenderás, sentía miedo de lo que harían con él; por eso, un día, usó somníferos con todos los científicos y se hizo con el poder de la investigación. Tras conocer dónde estaba la dimensión, y mediante unas cápsulas temporales que habían creado los científicos anteriormente para invadir esta dimensión; el chico consiguió llegar a esta dimensión y ponerse a salvo. Sin embargo, a los científicos no les sentó nada bien el haber perdido a su queridísimo experimento. -hice una pausa y suspiré-
- ¿Cuánto tiempo dices que hace de eso...? -preguntó pensativo-
- ¿Eh? Bueno... Hace 25 años de que descubrieron al chaval, él, entonces, tenía 19; cuando escapó habían pasado... 3 años, por lo que... Hace 22 años que ese chaval escapó, con 21 años, a esta dimensión. Desde entonces no sé qué pasó con el chaval. Los científicos investigaron durante dos años cómo poder llegar a esa dimensión... Y fue entonces cuando aparecí yo. Habían descubierto una forma de "crear" humanos bastante peculiar. Digamos, para que lo entiendas, que creaban robots con apariencia humana. Me crearon con un objetivo: llegar a esta dimensión e informarles para después invadirla. Gracias a los experimentos realizados con el chico de esta dimensión, consiguieron crearme sin problemas, haciendo que todo mi cuerpo funcionase correctamente. Sin embargo cometieron un error. Crearon un software para darme consciencia, algo así cómo... Un programa que pensara y transmitiera datos, con el que pudieran manejarme fácilmente. -suspiré y le miré. Su cara de incredulidad me sorprendió-
- ¿Estás diciendo que eres una especie de robot? -me preguntó boqueabierto-
- Más o menos. Espera que termine, ¿vale? -Hikaru asintió y volví a mirar al cielo; mirarle a los ojos cansaba, su mirada me distraía- Me crearon hace 20 años, pero no desperté hasta los dos años siguientes, ya que el software falló y tuvieron que perfeccionarlo. Con lo que quiero decir que tengo 18, como tú ahora mismo.
- ¿Y llevas todo este tiempo encerrado en ese cuerpo? -interrumpió Hikaru en tono lastimero-
- Bueno, no es del todo cierto... Verás, cuando me crearon me hicieron con apariencia de niño pequeño, de unos cinco años. Su plan era enviarme a la dimensión y hacerme pasar por huérfano para que alguien me adoptase y descubrir los puntos débiles de esta gente. Había un problema, si se demoraban demasiado en descubrir la forma de entrar en esa dimensión, yo podría crear consciencia y actuar por mi cuenta. También había un detalle algo importante: si pasaban cinco años de mi creación, teniendo en cuenta que mi apariencia era de esa edad, comenzaría a crecer. Las investigaciones en nuestra dimensión estaban muy avanzadas e incluso "robots" cómo tú dices, podían crecer y alimentarse, simulando la misma vida que una persona real. Y pasaron dos años de mi creación y decidieron hacer otra creación para que me acompañase en el proyecto y, que si algún día yo creaba consciencia y me oponía a obedecer sus órdenes, tuvieran otra opción para seguir con el proyecto. De ahí nació la que tú conoces como Aizu.
- ¿Conozco? ¿Quieres decir que antes no se llamaba así? -preguntó curioso-
- Bueno, a las creaciones no se les pone nombre real porque muchos temían poder cogernos cariño al hacer esto, así que nos pusieron códigos. Yo era P-220Q y ella era P-221W. Cuando cumplí 5 años tras mi creación comencé a pensar de forma distinta y a observar mi entorno. Aizu tan sólo tenía 3 años, aunque tuviera la apariencia de una niña de cinco. Una pareja de científicos nos acogieron en su casa para observarnos y escondernos del mundo. Todas las semanas íbamos a los laboratorios y experimentaban con nosotros. Pasó el tiempo, y tuve tiempo suficiente de darme cuenta de lo que sucedía. Yo no sabía que iban a mandarnos a esa dimensión y que iban a utilizarnos como ratones de laboratorio. Un día robé los informes de los que consideraba mis padres, las personas que nos "adoptaron". Descubrí que tanto yo cómo mi supuesta hermana éramos creaciones y por eso nunca nos habían dejado salir. Fue duro pero lo asumí en tan solo unos días, no había tiempo de penalidades, necesitaba salvarme a mí y a Aizu, sobre todo a Aizu, ya que la consideraba mi hermana real. -hice una pequeña pausa cerrando los ojos mientras respiraba con tranquilidad. Se hacía tarde, y demorarse más con la historia haría que Hikaru llegase tarde al instituto- Observé cada paso que daban los investigadores y a los dos años siguientes, mi hermana acababa de cumplir los 5 años pero su consciencia no se percataba de lo que ocurría. Un día conseguí contarle lo que sabía pero no me quiso creer; y al poco tiempo nos llevaron al laboratorio con la idea de mandarnos a esa dimensión y de empezar su plan. Cuando me di cuenta estaba atado a la silla de experimentación y me estaban inyectando un líquido que, para que lo entiendas, al pasar de dimensión, no muriera; no es lo mismo una persona que pasa de dimensión a una ... Máquina. -me dolía admitir ser una máquina, sonaba tan... Vergonzoso- Y tras eso, nos metieron a mí y a Aizu, que también había sido inyectada, en una cápsula. Entonces fue cuando terminé de darme cuenta de que realmente querían llevar a cabo su maldito plan, e intenté salvarnos del destino opiniéndome a entrar ahí. Sin embargo, me inyectaron unos tranquilizantes y... Me obligaron a entrar en la cápsula. -suspiré- Antes de que activasen la máquina, y no sé muy bien cómo, fui capaz de crear un cortocircuito. Creo que fue por... Ondas. Abracé a Aizu para evitar que le sucediera algo, la cápsula estallaría de un momento a otro y podría... Haber matado, o en nuestro caso, "estropeado" a alguien. -me quedé en silencio unos segundos, sin saber cómo continuar-
- ¿Y... Después...? -dijo Hikaru casi en un susurro-
- ¿Después? No estoy seguro. No recuerdo más que un ruido horrible tras abrazar a Aizu, un fuerte dolor en la espalda y en la nuca y la voz de alguien gritando algo cómo "maldita sea" o insultándome. Después de eso, estoy seguro de que dormí durante mucho, mucho tiempo.
- ¿Nunca has hablado esto con Aizu? -preguntó-
- Bueno, se lo he referido, me dijo que sobre eso, recordaba que me quedé inconsciente un tiempo, pero no recuerda cuánto. Además, no me gusta recordarle este tema. -respondí siguiendo con la mirada en el cielo- Después del tiempo que pasase en coma, o inconsciente o lo que fuera que me pasaba...
- ¿Dónde estuviste inconsciente...? -preguntó. ¿Por qué querría saberlo?-
- Fue en un hospital de los mismos investigadores. Allí, por lo poco que me contó Aizu, nos trataban bastante mal. Aizu también me contó que tras mucho, mucho tiempo, vinieron los dos científicos que considerábamos padres y nos llevaron a otra sala sin mediar palabra. Todo esto no lo recuerdo yo, claro está. Solo recuerdo que tras dormir mucho, mucho tiempo; sentí un punzamiento en el pecho y abrí los ojos. Me encontré en una camilla, con una mascarilla y unos enfermeros llevándome hacia dentro de una habitación. Miré a mi lado y vi a Aizu. Entonces fue cuando recordé quiénes éramos y lo que había ocurrido. En la habitación había una cápsula muy parecida a la que anteriormente utilizaron con nosotros y otra máquina muy extraña, a Aizu la llevaron a la cápsula y a mí hacia la máquina... Uno de los enfermeros la puso en marcha y pude ver que se trataba de... Algo así como... Una máquina de triturar. Pretendían deshacerse de mí y mandar a Aizu, sola, a esta dimensión. Pero me levanté de la camilla y pude comprobar que mi cuerpo, antes de niño de unos 7 años, ahora era de un chico de 14. Peleé con los enfermeros que me sostenían y conseguí liberarme. Mis supuestos padres estaban poniendo a Aizu unas ventosas en la cabeza, posiblemente para manejar la información y hacer que al cambiar de dimensión pudieran comunicarse. Luché cómo pude por liberarla y por escapar, pero me dejaron inconsciente tras un duro golpe en la cabeza y cuando desperté, Aizu ya no estaba. Volvía a estar atado y volvía a estar frente a esa maldita máquina de triturado. Aún no sé de dónde saqué tanta fuerza para liberarme de mis ataduras y luchar con los enfermeros y enfermeras encargados de eliminarme, supongo que sería la rabia contenida y las ganas de salvar a mi hermana. Conseguí entrar en la cápsula y ejecutarla para enviarme a esta dimensión. Al llegar, caí en este bosque, en este mismo lugar, y encontré a Aizu tirada en el suelo, desnuda y con los ojos apagados. No respondía, no había conseguido seguir con vida tras cambiar de dimensión. No podía creer que tras tanto luchar ese fuese el final y busqué una manera de traerla de vuelta, aunque tuviese que dar mi vida a cambio. -suspiré. Recordar aquella visión de Aizu, con tan sólo 12 años, muerta, era muchísimo más que duro.- Abracé al cuerpo inerte de mi hermana y unas enormes alas blancas nos envolvieron. Fue... Tan irreal... Un brillante blanco invadió el espacio donde estábamos y una pequeña semilla quedó flotando en el aire, esperando a que alguien la cogiese. Extendí mi mano y la alcancé. Entonces... Escuché una voz en mi mente, una voz masculina. Tuve miedo de que fuese uno de los científicos, pero, aunque no te lo creas... Me dijo que era el mismo chico que había salvado su vida de los mismos científicos. Hablé con él, y me explicó que, si deseaba realmente volver a dar vida a mi hermana, necesitaría tres cosas a cambio: una era sembrar esa semilla, que funcionaría cómo corazón para ella, ayudándole a sobrevivir; otra era el convertirla en Hilye, vuestra raza, es decir, convertirla en humana de vuestra raza, en vez de seguir siendo "robot". Sin embargo, su corazón seguiría siendo sintético, robótico... Para convertir su corazón en uno humano... Me dijo que tendría que ocurrir otra cosa, pero no me dijo el qué. Y la última cosa que tenía que hacer para salvarla era admitir ser robot sin tener opción nunca más de convertirme en humano, y renunciar al blanco de mis alas para convertirme en un ser diferente, que, posiblemente se marginaría en esta dimensión. Acepté las condiciones sin pensármelo dos veces y sembré el árbol. Entonces fue cuando, esa voz se despidió de mí y sólo pude darle las gracias... -suspiré- Recuerdo que de repente me caí y que al despertar estaba en el regazo de Aizu. Ella me explicó que me había desmayado y que había dormido durante muchas horas. No sé de dónde sacaría la ropa que llevaba, o si se la otorgué yo al darle la humanidad. Tuve que manipular parte de sus recuerdos para no hacer su pasado tan doloroso y... Tuve que refugiarme con ella en el bosque tantos años por miedo a que los científicos nos buscasen... Pero cuando te conoció todo cambió... Me parece que... Tú serás el que consiga que tenga corazón. -terminé por decir. La charla había durado más de lo que creía y sin darme cuenta, había profundizado demasiado en detalles... Pero daba igual, Hikaru lo entendería, espero- Y bien, ¿crees lo que te he contado?
- ... -guardó silencio unos segundos y entonces fue cuando me giré para ver su expresión. Estaba cabizbajo y su respiración era entrecortada-
- ¿Qué te pasa? ¿Estás bien? -pregunté preocupado-
- Te creo... Pero... ¿¡Por qué os ha tocado vivir así!? -dijo casi gritando. Al levantar la cabeza vi cómo de sus preciosos ojos caramelo brotaban lágrimas de dolor- Yo... Quiero que... También seas feliz como Aizu... -murmuró entre sollozos-
- Hika... Hikaru... -susurré impresionado. No sabía por qué el chico estaba llorando, no sabía que fuese tan...  Sentimental o... Mejor dicho, tan buena persona- Vamos hombre, no llores. -dije riendo costosamente, intentando quitarle importancia al asunto- Mientras Aizu esté bien, yo lo estaré. -sonreí con un poco de falsedad-
- No mientas... Tú no estás bien, te alegras de que ella lo esté pero... No puedes estarlo... -susurró mientras seguía llorando-
- No importa... Aún queda mucho tiempo para que esté totalmente bien, ¿no crees? -dije intentando consolarle. Nunca fui bueno consolando a alguien que llora- Vamos, ¡no llores más, estúpido! -dije con una pequeña sonrisa forzada, notaba cómo mis ojos luchaban en no dejar salir las lágrimas-
- Pero... Lo siento tanto... -susurró abrazándome. No entendí por un instante por qué me abrazaba, era muy, muy extraño para mí. Esto hizo que no pudiera aguantar más y terminé por dejar a mis lágrimas caer-
- No... No llores más, estúpido, estará bien. -dije correspondiendo al abrazo, ese abrazo que nadie quiso darme durante tanto tiempo-
- ¿Por qué no vienes al instituto...? Allí... Todo es diferente y... Puedes comenzar a solucionarlo todo... -me propuso Hikaru separándose de mí mientras limpiaba sus lágrimas y se sorprendía al ver las mías-
- ¿Eh...? ¿Yo? ¿Ir al instituto? -dije incrédulo, ignorando totalmente las lágrimas que recorrían mis mejillas-
- Claro... ¡Ven! Seguro que Aizu se alegra un montón. -dijo él jovialmente, con una sonrisa en sus labios- ¿Qué me dices?
- ... -lo pensé durante unos segundos. Mis alas eran negras, me marginarían, pero recordé que Hikaru también las tenía (lo había descubierto por los recuerdos de Aizu) y que le iba bien gracias a Aizu- Supongo que... Podría intentarlo. -dije volviendo a mi estado de duro, de chico que pasaba de todo, aunque claro, después de la escenita, quedaría bastante falso; cosa que hizo reír a Hikaru-
- Es tarde, vamos, Aizu sabe apañárselas con el director; mañana te inscribirá, pero hoy duerme allí con nosotros, ¿vale? -siguió diciendo con una sonrisa mientras se ponía en pie-
- Oye, oye, no me mandes lo que debo hacer, ¿eh? -dije con mala cara, aunque Hikaru volvió a reír-
Me levanté y nos encaminamos hacia el instituto. No pude creer cómo me había convencido, pero lo había hecho. ¡Maldito Hikaru!

2 comentarios:

  1. Para todos lo que me pidieron capítulos más largos, probad este que es largo y tela xD no creo que vuelva a hacer un capítulo tan largo, no quiero aburriros xD pero bueh, ahí tenéis un capítulo extra-largo! ;3 disfrutadlo ^^ (aunque no escriba muy bien y eso xD pero espero que os guste >w<)
    Hasta la próxima! ^^

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  2. Ya te dije que escribes muy bien, no te subestimes.

    A-N-I-M-O

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